La recuperación del trabajo de Wols (Alfred Otto Wolfgang Schulze, Berlín 1913-Paris 1951) es la oferta más destacada de la programación del Museo Reina Sofía para el mes de marzo. Comisariada por Guy Brett, uno de los más destacados curadores y teóricos ya veteranos del sector. Nuevamente se trata de la obra de un artista que por su muerte prematura a los 38 años y sus características personales (estuvo internado durante la guerra en varios campos de concentración en Francia) ha permanecido oculto detrás de los trabajos y trayectorias de otros artistas con unas carreras constantes y largas en un período de gran riqueza creativa. La muestra, compuesta por cerca de 90 obras procedentes de diversas colecciones públicas y privadas, resulta única ya que se ha concebido no como una retrospectiva cronológica sino como una exposición concentrada en los dos focos principales de su quehacer artístico: la fotografía y el dibujo, ámbitos en los que Wols creó formas totalmente novedosas y un nuevo lenguaje visual. En Cosmos se muestra su trabajo pictórico en óleos, dibujos, grabados y acuarelas, todos ellos en un lenguaje abstracto, producidos durante la segunda Gran Guerra y posteriormente ya en Francia. Si bien sus primeros trabajos enlazan con el surrealismo y el automatismo psíquico, se le considera padre del “tachismo”, una de las tendencias del arte informal. En La calle se muestran sus trabajos fotográficos realizados entre 1932 y 1941.
Wols quiso entrar en la Bauhaus, pero por consejo de Moholy-Nagy se trasladó a Francia conde alternó con artistas como Max Ernst, Leger, Giacometti o Jean Arp. Detenido el 3 de septiembre de 1939, inmediatamente después del estallido de la Segunda Guerra Mundial, fue preso en el estadio de Colombes en tanto que «extranjero enemigo» y se le encerró en distintos campos de internación franceses, liberado el 29 de octubre de 1940. En 1945 regresa a París, donde empieza a exponer y traba amistad con Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir. Wols retomó la fotografía y empezó a pintar al óleo en pequeños formatos. Muere en 1951, y desde entonces su obra se empieza a olvidar, a pesar del interés que empezaba a despertar antes de su muerte, llegando a exponer de 1955 a 1964 con carácter póstumo en documenta I-III de Kassel. (Museo Reina Sofía, a partir del 13 de febrero).
Imagen: Wols. Sin título, Rep. 1976

La recuperación del trabajo de Wols (Alfred Otto Wolfgang Schulze, Berlín 1913-Paris 1951) es la oferta más destacada de la programación del Museo Reina Sofía para el mes de marzo. Comisariada por Guy Brett, uno de los más destacados curadores y teóricos ya veteranos del sector. Nuevamente se trata de la obra de un artista que por su muerte prematura a los 38 años y sus características personales (estuvo internado durante la guerra en varios campos de concentración en Francia) ha permanecido oculto detrás de los trabajos y trayectorias de otros artistas con unas carreras constantes y largas en un período de gran riqueza creativa. La muestra, compuesta por cerca de 90 obras procedentes de diversas colecciones públicas y privadas, resulta única ya que se ha concebido no como una retrospectiva cronológica sino como una exposición concentrada en los dos focos principales de su quehacer artístico: la fotografía y el dibujo, ámbitos en los que Wols creó formas totalmente novedosas y un nuevo lenguaje visual. En Cosmos se muestra su trabajo pictórico en óleos, dibujos, grabados y acuarelas, todos ellos en un lenguaje abstracto, producidos durante la segunda Gran Guerra y posteriormente ya en Francia. Si bien sus primeros trabajos enlazan con el surrealismo y el automatismo psíquico, se le considera padre del “tachismo”, una de las tendencias del arte informal. En La calle se muestran sus trabajos fotográficos realizados entre 1932 y 1941.
Wols quiso entrar en la Bauhaus, pero por consejo de Moholy-Nagy se trasladó a Francia conde alternó con artistas como Max Ernst, Leger, Giacometti o Jean Arp. Detenido el 3 de septiembre de 1939, inmediatamente después del estallido de la Segunda Guerra Mundial, fue preso en el estadio de Colombes en tanto que «extranjero enemigo» y se le encerró en distintos campos de internación franceses, liberado el 29 de octubre de 1940. En 1945 regresa a París, donde empieza a exponer y traba amistad con Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir. Wols retomó la fotografía y empezó a pintar al óleo en pequeños formatos. Muere en 1951, y desde entonces su obra se empieza a olvidar, a pesar del interés que empezaba a despertar antes de su muerte, llegando a exponer de 1955 a 1964 con carácter póstumo en documenta I-III de Kassel. (Museo Reina Sofía, a partir del 13 de febrero).
Imagen: Wols. Sin título, Rep. 1976