Por lo general, los muros de los museos y centros de arte sirven de inmaculadas escenografías con las que exhibir las obras. Con el tiempo y con el boom del arte público el entorno cotidiano, el urbano o el paisajístico, también han hecho las veces de marco, de escenario en el que, las piezas, debían adaptarse y desenvolverse. Pero no sucede con tanta asiduidad, por mucho que haya entrado en los museos el street art, que la calle consiga atravesar, literalmente, los centros de arte. Y no sólo que se adentre en estos espacios sagrados, sino que se convierta, en un mismo movimiento, en espacio y obra; en contexto y objeto, en un juego de metalenguajes como el que propone el artista Juan López en el Centre d´Art la Panera. Mediante el dibujo y el vídeo, elementos constantes en la obra de este artista, los muros del espacio expositivo aparecen resquebrajados dejando paso a grabaciones de la calle y del entorno que rodea, y en parte define, a la Panera. Invitando a los transeúntes, mediante socavones improvisados, a convertirse en objeto artístico, en espectadores ciegos que, como aquellos que visitan la exposición, se topan con un no-lugar en el que los límites se pervierten y la fisicidad se cuestiona. Un reto a la arquitectura y el espacio expositivo, una interacción ficticia con el entorno que se podrá visitar hasta el 5 de octubre.
Imagen: Juan López. Vista de la exposición A la derriba, 2012. Foto: Jordi V. Pou.