La invasión del ejército ruso en territorio ucranio ha provocado numerosas respuestas en el sector cultural, en particular algunas instituciones rusas, que han decidido cerrar sus puertas en señal de protesta a la contienda. Entre ellas se encuentra el Garage Museum of Contemporary Art (Moscú), que el 26 de febrero publicó un comunicado anunciando el cese completo de sus actividades evitando caer en la «sensación de falsa normalidad» en la que otros museos y centros de arte están cayendo.

Este domingo, los artistas Alexandra Sukhareva y Kirill Savchenkov, junto con el comisario Raimundas Malašauskas, anunciaron que no participarán en la Bienal de Venecia, que inaugura el próximo mes de abril. Los artistas y comisario formaban parte del Pabellón de Rusia, cuyas autoridades han decidido no reemplazarles por otros artistas y comisarios sino cancelar su participación directamente. Otra de las respuestas a la guerra ha llegado de la mano de Ragnar Kjartansson, artista islandés que acaba de inaugurar una exposición individual en el Museo Thyssen, quien ha suspendido la exposición que le había dedicado la GES-2 House of Culture, un centro de arte fundado por la V-A-C Foundation.

Además de las cancelaciones de eventos y programaciones, otras instituciones internacionales se han sumado a los mensajes de apoyo a la población ucrania promoviendo convocatorias para recibir artistas procedentes del país en sus sedes. Una de ellas es Rupert, un centro de residencias en Vilnus, o Espositivo en Madrid, que pidieron en su Instagram difusión para conseguir contactar con artistas ucranios (escribir a ivan@espositivo.es), ya que quieren acoger a personas que estén intentando escapar de la guerra. En este enlace se pueden consultar recursos de emergencia para artistas ucranios.