Sumidas en las profundidades del océano o flotando en la superficie, las imágenes pierden el norte, circulan a toda velocidad y chocan entre sí como olas furiosas. No quedan horizontes, solo heridas. La artista y crítica cultural Hito Steyerl afirmó en su libro Arte Duty Free (2017) que “las imágenes están heridas y dañadas, como cualquier otra cosa en la historia”. Esto nos puede llevar a pensar que las imágenes siempre han presentado esta condición y, en cualquier caso, a preguntarnos: “¿Por qué están heridas las imágenes? ¿Qué o quiénes han abierto esta herida? ¿Dónde se encuentran?”.
Un microensayo de Manuel Padín Fernández y Javier Iáñez Picazo