Desde su explosión en los años setenta, la figura de Helmut Newton ha suscitado tanto interés como controversia. Su mirada, lejos de representar al sujeto de una manera neutral, aspiraba a controlar hasta el máximo detalle al individuo que fotografiaba, lo cual fue calificado de meticuloso a la par que posesivo. El fotógrafo alemán vuelve a la actualidad en un momento en que su obra comienza a tener más detractores que antes, con voces exponiendo su faceta cosificadora del cuerpo femenino, al que parecía dominar en su producción fotográfica. Ante estas posiciones críticas, el director Gero von Boehm ha estrenado un documental con el que pretende analizar las dos caras de uno de los fotógrafos de moda más relevantes del siglo pasado. Perversión y belleza, disponible en la plataforma de streaming Filmin, se encarga de descomponer la imagen que rodea a Newton, contando con testimonios de modelos que trabajaron con él como forma de mostrar las diferentes perspectivas sobre el creador. El documental termina justificando el carácter del fotógrafo en su profunda admiración por el cuerpo femenino, aludiendo al contexto de la época como vía de escape ante las críticas.
La película también se encarga de reflejar la influencia de Newton en la fotografía de moda, que le llevó a trabajar para las grandes revistas y firmas de moda del mundo. Nacido en Berlín en 1920, se formó como fotógrafo en la capital alemana hasta que tuvo que huir de la presión militar del Tercer Reich. Sus primeros destinos fueron Singapur y Australia, donde trabajó para la versión nacional de Vogue y conoció a su mujer, June. Tras pasar más de una década en Australia, Newton regresó a Europa para mudarse a Londres, ciudad donde también colaboró con la edición británica de Vogue. Poco tiempo después, se trasladó a París, ya en la década de los setenta. En plena revolución sexual, Helmut aprovechó la oportunidad para reivindicar su visión de la figura femenina, llena de deseo y fascinación, como mencionan en el documental. De aquí, Helmut Newton saltó a la fama como uno de los grandes fotógrafos del momento, pudiendo retratar a grandes estrellas del cine o la música, como vemos en este testimonio de Sigourney Weaver.
Al igual que en el documental, Perversión y belleza, objetualización o fascinación, machismo o adoración siempre han sido los polos desde donde se ha expresado la crítica hacía Newton. Dentro de este vaivén, la intencionalidad del fotógrafo siempre se sitúa como el debate central, ¿era Newton un misógino o por el contrario era su forma de reivindicar la independencia femenina? Si nos posicionamos dentro del ámbito subjetivo del autor, no podemos olvidar el contexto. Los años de la revolución sexual son una época compleja en el que se estaban agitando ciertas convenciones y eliminando tabúes respecto a la sexualidad y cuerpo de la mujer. No obstante, estas convulsiones estaban llenas de contrapuntos y de figuras como Hugh Hefner, dueño de la Mansión Playboy que fue retratada por el propio Newton. Estas contradicciones, en las que por un lado eliminamos barreras y a la vez creamos otras, son en las que se basan las fotografías de Newton. Esta idealización del cuerpo femenino se basó en la mirada del voyeur que mira, mientras la modelo se deja ser contemplada. Las incoherencias son inherentes a estas imágenes en el que la polémica no está exenta de ser reproducida. De hecho, esta analogía entre revolución y destape femenino se ha fotocopiado hasta nuestros días. Tal vez por eso deberíamos dejar fuera de la discusión la pretensión que puede tener Newton y prestar atención a qué consecuencias tienen este tipo de representaciones en la esfera pública. Aunque la respuesta es complicada y posicionarse es difícil, no deberíamos olvidar columpiarnos entre los dos polos para no perder el norte.