La información financiera navega a la velocidad de la luz, pero la velocidad de la luz, al igual que su precio, es distinta en cada lugar del mundo. El primero en aprovechar esta diferencia de precios entre mercados es quien obtiene mayor beneficio en sus operaciones. Es decir, los mayores premios se los quedan quienes logran mayor latencia: el mínimo tiempo de viaje entre dos ubicaciones de la mano de los haces de luz más rápidos. Aquí es donde entran en la ecuación las torres de telecomunicaciones y las líneas de fibra óptica que atraviesan accidentes geográficos y recorren los fondos oceánicos.
Un microensayo de Pau Olmo alrededor de algunas tipologías arquitectónicas como por ejemplo los «dark pools»: pequeñas arquitecturas en forma de infraestructuras de telecomunicaciones de alta frecuencia (submarina), desperdigadas por las periferias suburbanas y aferradas en los tejados de muchos edificios de algunas de las principales ciudades del mundo.