El artista León Ferrari ha fallecido, a los 92 años de edad, el pasado 25 de julio en Buenos Aires, su ciudad natal. Fue un artista autodidacta que llegó a convertirse en uno de los principales pioneros del arte conceptual en Argentina, con una obra marcada por la crítica a la guerra, la religión, la discriminación, la desigualdad y los abusos de poder.

En los años cincuenta se marchaba a Italia donde desarrolló su faceta como escultor para, en los sesenta, con trabajos como Cuadros escritos o Dibujos escritos, iniciar una etapa de investigación en torno a las relaciones de las imágenes con las palabras. En 1965 la muestra La civilización occidental y cristiana fue censurada por la iglesia y fue desde entonces que Ferrari empezó a producir con mayor vehemencia obras con las que cuestionaba las políticas de la iglesia y su papel e influencia en la historia del arte. Un camino que, en 2004, le llevó a protagonizar una nueva polémica con la iglesia y el actual Papa Bergoglio, entonces arzobispo de Buenos Aires, a causa de algunas de sus obras como sus esculturas de vírgenes en botellas de vidrio, Cristo sobre un bombardero americano o Madonna desnuda ante el Papa Juan Pablo II.

Considerado blasfemo e irreverente por los sectores conservadores, la gran mayoría recordará a Ferrari por su sentido del humor, su sutileza y su firmeza de convicciones. Exiliado en Brasil de 1976 a 1991, a su vuelta realizó varios collages y trabajos denunciando la tortura, los abusos de la iglesia y los militares y los cientos de desapariciones acontecidas en Argentina.

En los últimos años el trabajo de Ferrari se ha expuesto por todo el mundo y su obra se halla en las colecciones de importantes centros y museos. En España se pudo ver su trabajo, junto al de Mira Schendel, en 2009, en el MNCARS. Descanse en paz.

Imagen: Retrato de León Ferrari. Cortesía de Sicardi Gallery, Houston.