El Centro Botín inauguraba el pasado viernes 19 de mayo la exposición Enredos: Eva Fàbregas, el primer capítulo del nuevo programa expositivo (Enredos) con el que el Centro Botín invitará a artistas que han disfrutado de una Beca de Arte de la Fundación Botín –y que se encuentran en el ecuador de su carrera– a vincularse de nuevo con la colección, los espacios, equipos y públicos del centro de arte. Abierta al público del 20 de mayo al 15 de octubre de 2023, esta exposición propone una relación intuitiva y visceral entre las esculturas y dibujos de Eva y una selección de obras de la colección de arte de la Fundación Botín. Los vínculos entre las obras expuestas crean un diálogo complejo, a menudo inesperado, en torno al deseo, lo corporal y lo lúdico, pero también lo amorfo, lo atrevido y lo perturbador. Este entrelazado de obras se ha concebido como un organismo vivo, a gran escala, que se adueña del espacio arquitectónico en un crecimiento incontrolado, generando espacios de experiencias colectivas.
En las esculturas de Eva el aire se convierte en un material tangible, que crea volúmenes, formas y escalas capaces de alterar la percepción de nosotros mismos y del espacio en el que nos encontramos. Estos volúmenes biomórficos y enmarañados aluden a procesos y ritmos biológicos relacionados con la digestión, la gestación o la metamorfosis. De esta forma, generan una duplicidad de emociones (de amenaza o cuidados, de inocencia o perversión) al tiempo que invitan al visitante a relacionarse somáticamente con el arte y la experiencia estética de una manera sensorial – a sentir su textura, su temperatura, su ritmo…- y a ejercitar su imaginación hasta acostumbrarse a su presencia.

La artista Eva Fàbregas en la exposición Enredos: Eva Fàbregas, en el Centro Botín. Fotografía: Belén de Benito
La exposición vendrá acompañada de un catálogo, coeditado con Mousse Publishing, que contará con textos de la comisaria española Chus Martínez y de la escritora británica Daisy Lafarge, así como una entrevista realizada a Eva Fàbregas por Bárbara Rodríguez Muñoz. En esta publicación, Chus Martínez nos habla de las esculturas de Eva “desde las emociones positivas, como organismos similares al intestino grueso que contiene todas las energías negativas, y que sus exteriores, coloridos y amables, presentan el triunfo del proceso de digestión”. Por su parte, Daisy Lafarge ha redactado “seis aires para Eva”, en el que habla de aires que fluyen desde los amaneceres rosas y la respiración in utero hasta la análoga relación entre la respiración y el deseo como “algo que nunca podemos satisfacer por completo o de lo que nunca podemos prescindir, sino que debemos pasar nuestras vidas en su huidiza búsqueda”.
Lo primero que el visitante se encuentra en la exposición son unos dibujos en gouache acrílico de Eva Fàbregas. La serie Polifilia posibilita juegos de escalas difíciles de realizar en el espacio físico, tan gobernado por las leyes de la gravedad, las dimensiones del cuerpo de la artista y sus materiales de trabajo. La idea del tacto está muy presente en estas obras, que despiertan el deseo de tocarlas a pesar de ser dibujos bidimensionales. Al adentrarnos en el siguiente espacio, una escultura de Fàbregas – como gusano, intestino o alienígena – se retuerce y atraviesa literalmente los espacios expositivos, rompiendo las paredes de la sala. Si el visitante se atreve a seguirla, descubrirá una cuidada selección de obras de artistas representados en la colección de arte de la Fundación Botín que, al igual que Eva, fueron beneficiarios de una de las Becas de Arte de la institución: Leonor Antunes, Nora Aurrekoetxea, David Bestué, Cabello/Carceller, Asier Mendizabal y Sara Ramo, así como una serie de fotografías de Gabriel Orozco, también incluidas en la colección.
Formada como soprano en una coral, Fàbregas ha aprendido a apreciar la energía que resuena a través de sus órganos internos, su piel y el espacio en relación con otras personas, así como la capacidad que tiene esta energía de llevarnos a otras maneras de sentir y estar en el mundo. Estas apreciaciones se relacionan con la obra Os Ajudantes (2015), de Sara Ramo, un filme que se centra en performances musicales realizadas en Brasil, poniendo el foco en la forma de experimentar la música en ceremonias rituales.

Vista de la exposición Enredos: Eva Fàbregas, en el Centro Botín. Fotografía: Belén de Benito
Al igual que el trabajo de Eva parte e invita a la imaginación, a las interpretaciones múltiples y cambiantes en torno a la identidad y el género, la obra Archivo: Drag modelos (2007-en proceso) de Cabello/Carceller es una galería de retratos realizados en diferentes países europeos, protagonizados por personas que fueron asignadas al género femenino al nacer, y que personifican en este trabajo actores o personajes masculinos en películas de su elección.
El recorrido continúa con Esculturas de flores (2022) de David Bestué, una serie de esculturas modeladas por el artista con materiales blandos, algunos orgánicos, que se transforman con el paso del tiempo, como papel maché, pétalos de flores, frutas o cera. La obra establece una relación con la práctica de Eva en torno a la intimidad y el deseo. Sus esculturas también tienen implícito el potencial de cambiar, como en la obra de Bestué, que además representa una parte (o piezas) del cuerpo de su pareja – la forma del tobillo o el muslo, la curva de su espalda – en un ejercicio por acercarse a la raíz del deseo.

Vista de la exposición Enredos: Eva Fàbregas, en el Centro Botín. Fotografía: Belén de Benito
La exposición cuenta también con un espacio en el que conviven varias obras seleccionadas por Eva Fàbregas desde distintas perspectivas, como por ejemplo la manera en la que sus obras se dispersan como plagas por la arquitectura, penetrando, excavando y comiéndose las paredes como si de una larva se tratase; su forma de trabajar con la sensualidad y la atracción por el fetiche, o su fascinación crítica por las prótesis y otros objetos que se relacionan de forma íntima con nuestro cuerpo. Así, en esta sala encontramos intervenciones que se expanden en el techo y una hendidura en la pared de la sala (Leonor Antunes y Sara Ramo, respectivamente); una lectura fetichista de las fotografías de objetos ergonómicos de Asier Mendizabal o de los arneses de cuero de Leonor; también la incorporación de objetos de producción industrial que, sin embargo, nos transmiten intimidad y cuidado, como los anillos y las trenzas de Nora Aurrekoetxea y la bisutería que atiborra una grieta en la pared de Sara, como si fuera una «herida» o disrupción en la arquitectura de un edificio moderno.
La selección finaliza con una serie de fotografías de Gabriel Orozco, también de la colección de arte de la Fundación Botín, las cuales nos invitan a considerar posibles perspectivas y escalas de tiempo más allá de la experiencia humana y que, de alguna manera, anticipan la escultura principal de la muestra: Oozing (rezumamiento), 2023.

Vista de la exposición Enredos: Eva Fàbregas, en el Centro Botín. Fotografía: Belén de Benito
Esta escultura, concebida para esta sala expositiva y producida en colaboración con el MACBA Museu d’Art Contemporani de Barcelona, se compone de una acumulación de esculturas hinchables, de una escala inmensurable, ante la cual el visitante se vuelve minúsculo. Parece que fuese testigo de un incontrolable crecimiento orgánico, un enredo simbiótico entre obras y cuerpos, formas, materiales y colores, que provienen de los mundos de fantasía de los cuentos infantiles y la ciencia ficción, que recuerdan a los órganos internos si el ser humano fuera capaz de encogerse muchísimo y adentrarse en ellos. Una escultura que, además, parece estar viva y con la que la propia artista nos invita a cuestionarnos: «¿Qué significa respirar para estos cuerpos? ¿Cómo respiran? ¿Qué pulso tienen? ¿En qué temporalidad viven? ¿Tienen sus vidas alguna semejanza con el modo de estar y vivir de los humanos? ¿Cómo nos podemos comunicar con ellos? ¿Quizá son la respiración, la vibración y el tacto el lenguaje que nos permite relacionarnos y comunicarnos? ¿Cómo afectamos a estos seres al comunicarnos con ellos? ¿Puede este nuevo encuentro transformarnos mutuamente?».
Cabe destacar que, además de la exposición de Eva Fàbregas, actualmente en el Centro Botín se puede visitar una amplia exposición retrospectiva de la artista estadounidense Roni Horn (Me paraliza la esperanza), que estará abierta al público hasta el 10 de septiembre de 2023, así como la muestra Retratos: esencia y expresión, que se podrá visitar hasta el 15 de octubre de 2023.
(Enredos: Eva Fàbregas, en Centro Botín, Santander. Hasta el 15 de octubre de 2023)