Contra todo pronóstico la artista Elizabeth Price ha sido galardonada con el aclamado Turner Prize de 2012. Para la mayoría era Paul Noble, con una serie de dibujos al carboncillo que suponían la máxima apología de la escatología con representaciones -de todas las formas y tamaños- de heces, el gran favorito de esta vigésimo octava edición por la unión en su obra de lo tradicional y lo provocador. Una edición marcada también, según la prensa británica, por la revitalización de un premio que solía marcar tendencias y alumbrar nuevos genios pero que, últimamente, más bien parecía estancado y de capa caida.
Price se ha hecho con las 25.000 libras del galardón gracias a un vídeo en alta definición y complejo montaje (en el que alterna imágenes actuales y de archivo) con el que narra la desgracia acontecida en 1979 al incendiarse unos grandes almacenes de Manchester y cobrarse diez vidas. Un trabajo de contrastes en el que la artista mezcla imágenes y vídeos de una iglesia gótica con la música alegre y sesentera de las Sangri-las para recrear el terrible suceso y abordar, de paso, una dura crítica hacia la sociedad de consumo y el excesivo materialismo.
Además de Paul Noble, Luke Fowler con su criticado trabajo documental sobre el psiquiatra RD Laing (su duración de 93 minutos resultaba excesiva para muchos y se le achacó de introducir una pieza para el cine en el museo), y Spartacus Chetwynd con una instalación performativa se han quedado en el camino pero los nombres de todos ellos ya son parte de la historia del arte británico.
Imagen: Retrato de Elizabeth Prize.