Sergio Rubira
En algún momento de su trayectoria, David Goldblatt (Randfontein, Sudáfrica, 1930) estableció cuál era su filosofía del retrato. Para ello se basó en las declaraciones de dos fotógrafos históricos: Bill Brandt y Evelyn Hofer. Si para Brandt un retrato tenía que contar algo del pasado del retratado y sugerir algo de su futuro, para Hofer, cualquier retrato era también un autorretrato, una suerte de espejo sobre el que el fotógrafo se reflejaba. Dos afirmaciones –una se refiere a la comprensión y otra al ideal– que en principio pueden parecer contrapuestas pero que Goldblatt ha sabido reunir sin problemas en sus fotografías, como demuestra la exposición que puede visitarse en la galería Elba Benítez de Madrid.
Goldblatt, uno de los fotógrafos de referencia de las últimas décadas, presenta el proyecto Ex Offenders at the Scene of Crime. En esta serie, que se vio en parte en la Bienal de Venecia de 2011, Goldblatt retrata a exdelincuentes en la escena del crimen que cometieron. Las imágenes, que poseen la profundidad del blanco y negro, van acompañadas de un texto biográfico bastante aséptico que se basa en las propias declaraciones de sus protagonistas. Imágenes y textos que trazan otra historia de la infamia del Apartheid, un régimen cuyas consecuencias todavía se viven hoy en Sudáfrica, un sistema discriminatorio y segregacionista que construyó una nación en la que el crimen y la violencia se han asumido como parte de lo cotidiano, en el que la sensación de amenaza es algo con lo que se vive día a día. Excriminales, y es importante subrayar el ex, que regresan al lugar que, como a las víctimas, les cambió la vida, ese lugar que sería mejor no recordar y en el que se dejan fotografiar, enfrentándose al pasado pero también al futuro y arriesgándose porque este posar ante la cámara puede significar el reconocimiento. Pero entre los retratos de los exdelincuentes, parece haberse colado alguno de los que sufrieron los crímenes, como el de esa pareja de mujeres que fueron agredidas y violentadas como correctivo por ser lesbianas. Un desplazamiento que no puede ser un desliz, un lapsus, sino que tiene que ser intencionado y que señala que todos ellos fueron heridos por ese sistema injusto. Los que algunos pensaron como verdugos son descubiertos como víctimas.
Imagen: David Goldblatt. Blitz Maaneveld at the Terrace, Woodstock, Cape Town, where he murdered a man with whom he had been gambling, 7 October, 2008, 2011.