De todos es sabido la capacidad de transformarse en cualquier persona de la artista Cindy Sherman y que en parte esta capacidad se debe al uso del maquillaje. Ahora al igual que lo fueran Lady Gaga o RuPaul, su especial forma de disfrazarse la ha llevado a convertirse en imagen de la marca londinense de cosméticos MAC. La campaña denominada Flying colors se compone de varias imágenes de la artista como payaso, como una mujer rica e infeliz y como una joven sonriente. La caracterización está lograda y, aunque seguramente no marcará tendencia, los límites entre moda y arte se vuelven a traspasar. Los artistas, sobre todo si son «llamativos», se convierten también en estrellas e iconos dignos de representar un producto de belleza y no sólo los rostros bonitos.