Coincidiendo con la presentación en el Teatro Real de la ópera Tristan und Isolde bajo dirección musical de Marc Piollet, dirección de escena de Peter Sellars e instalación de vídeo de Bill Viola, la Real Academia de Bellas artes de San Fernando propone una aproximación a la obra de Bill Viola a través de sus relaciones con la obra de los grandes maestros que viven habitualmente en los muros del esplendido y olvidado museo de la Real Academia, posiblemente el segundo más importante de Madrid. El proyecto se articula en torno a The Quintet of the Silent (2000), Dolorosa (2000), Silent Mountain (2001) y Surrender (2001) acompañando a pinturas de José de Ribera, Alonso Cano, Zurbarán, El Greco y Goya, así como a la sugestiva Dolorosa de Pedro de Mena. Estas pinturas conforman el núcleo de las salas de mayor significación del Museo de la Academia y de sus colecciones. Los grandes pintores clásicos españoles son los interlocutores de un diálogo al que Viola aporta cuatro videoinstalaciones de las más conocidas de su trayectoria y de esas que prácticamente solo vemos en libros y revistas. Por cierto, el Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando está en la calle Alcalá de Madrid, cerca de la Puerta del Sol, junto al Casino de Madrid, y lo subrayo porque al parecer ni los taxistas ni la policía municipal conoce de su existencia.