La célebre performer Marina Abramovic fue elegida por el MoCA para llevar a cabo la dirección artística de la gala anual de este museo. Pero antes incluso de que esta gala hubiera tenido lugar, ya había aparecido una carta de denuncia dirigida al director del museo, Jeffrey Deitch, en la que se desvelaban y denunciaban los planes de la artista. Escrita por la coreógrafa Yvonne Rainer (que acudió a los ensayos de la gala) y con el apoyo de miembros destacados de la comunidad artística norteamericana como Douglas Crimp, Bell Hooks, Zoe Leonard o Rachel Harrison entre otros; la carta ponía en entredicho y criticaba duramente el espectáculo diseñado por la artista. En él, una serie de performers debían -según el escrito de Rainer-, enfrentarse a situaciones grotescas que rozaban la sobreexplotación ya que, por llevarlas a cabo, sólo percibirían 150 dólares y la tarjeta de amigos del museo. Entre otras cosas deberían permanecer mirando fijamente a los asistentes con la cabeza sobre sus mesas, o quedarse tendidos desnudos con esqueletos encima, en alusión la pieza de Abramovic titulada Nude With Skeleton. Sin embargo no son las acciones sino la tiranía y la rigidez de las condiciones impuestas para su realización (no se podrán levantar, ni mover, ni comer en lo que dure el acto), lo que más indignaron a los firmantes, así como el hecho de que el espectáculo remitiera a la película de Pasolini Salò o los 120 días de Sodoma sólo con fines estéticos y no políticos como hizo este film en el 75. A pesar de las críticas ni Deitch ni Abramovic hicieron amagos de cambiar la actuación y la artista tan sólo declaró que no se podía juzgar una obra sin verla. La controversia estuvo servida antes del acto pero éste pasó finalmente sin pena ni gloria y de la polémica sólo parecen haber quedado los titulares.