Después de que el ayuntamiento de Londres rechazara la apertura de una sucursal del Victoria & Albert en el parque olímpico Reina Isabel II, parece haber cobrado relevancia la opción de crear un museo de la marca Guggenheim en la capital inglesa. El alcalde, Boris Johnson, estaría en negociaciones con la Solomon R. Guggenheim Foundation para lograr la construcción de un espacio para el arte moderno y contemporáneo en el este de la ciudad. Como siempre, el proyecto responde más a la intención de transformar un espacio urbano «degradado» en uno próspero que a la de ganar un poco de terreno para la cultura -es decir, se trata de atraer a turistas y a potenciales compradores de viviendas de nueva construcción. El solar agraciado con la nueva institución se encontraría próximo a la estación de Stratford, en proceso de rehabilitación a propósito de las pasadas olimpiadas de Londres, y acogería un edificio emblemático y seguramente de arquitectura espectacular, para intentar emular el efecto surtido por el proyecto de Frank Gehry en Bilbao. Sin embargo, no todos los proyectos de expansión de la marca Guggenheim han sido tan exitosos desde ese punto de vista: los casos de Berlín y Las Vegas, que han tenido que cerrar sus puertas a pesar de tener escrita sobre ellas la palabra mágica, no son tan alentadores. Sea como sea, todavía habrá que esperar para saber qué pasa al final, ya que las negociaciones son aún preliminares. Ninguna de las dos partes implicadas quiere mojarse… Pero ni el silencio ni las respuestas evasivas pueden mantener la polémica alejada: los periódicos se han podido nutrir estos días de las protestas que han tenido lugar en Nueva York para denunciar el lamentable trato que sufren los trabajadores (en su mayoría de la India y de Bangladesh) encargados de la construcción de la sede de los Emiratos Árabes. La arquitectura espectacular del Guggenheim de Wright parece haberse vuelto un poco más crítica y se ha llenado de pancartas.